Un lienzo en blanco…
Nuestro comedor es un lugar mágico. Se trata de un espacio donde convergen dos mundos diferentes en un momento efímero. Por un lado está nuestra culinaria, sustentada en una identidad propia donde un equipo lleno de creatividad expresamos mediante productos y elaboraciones una sensibilidad única. Por otro están las personas que nos visitan, los clientes que deciden compartir un rato con nosotros para vivir una experiencia partiendo de sus conocimientos, expectativas, anhelos…
Cuando un cliente se sienta en una de nuestras mesas lo primero que se encuentra es una mesa limpia, sin ningún tipo de objeto delante. Un lienzo en blanco. Queremos que cada uno se sienta libre en ese espacio, su espacio, en el que vamos a construir su experiencia sin dar nada por supuesto; nos importa lo que cada cliente nos quiere contar. Además, sugerimos aspectos básicos de nuestra cocina: pureza, sobriedad, elegancia… la mejor manera de trasladar nuestro mensaje tan definido con la propia mesa que invita a vivir un viaje lleno de sorpresas.